La importancia de escoger unas buenas gafas de sol

Hola mis chic@s!! Qué tal va el verano? Hoy quiero que os preguntéis algo, y que os respondáis con sinceridad.
¿Tus gafas de sol son seguras? Aunque no lo creas, pueden ser tu mejor tratamiento ‘antiaging’ (antienvejecimiento), sí, así como lo lees!!
Lo cierto, es que al comprarlas nos guiamos más por las tendencias y por cómo nos quedan que por su funcionalidad.
¿Cuántas veces hemos visto réplicas exactas del último modelo de gafas de sol de nuestra firma favorita? Muchísimas!! Además valen unos 20 euros y dan el pego, ¿Quién va a notar la diferencia? La gente no, pero tus ojos sí, y mucho porque pueden causarle problemas oculares serios a la retina y córnea si sus cristales no son seguros. Lo cierto, es que cada hora que pasamos al sol en verano, se incrementa un 4% la posibilidad de desarrollar alteraciones en la estructura del cristalino. Además, como ocurre con la piel, el efecto de los rayos UV es acumulativo y no solo abonan entrecejos y patas de gallo precoces, sino que pueden desencadenar problemas en los fotoreceptores, mala visión progresiva, degeneraciones maculares o la aparición de un pterigión, conocido coloquialmente como «la palmera».
Por eso, hoy os voy a ayudar a escoger esas gafas con las que epatar, al mismo tiempo que nos protejan de los efectos nocivos de un sol que se debe disfrutar con los ojos a cubierto.

Más importante que el color, son las características físicas que deben respetar los cristales, «las lentes deben ser de policarbonato o cristales orgánicos, que aunque se rayan fácilmente son prácticamente irrompibles; siempre con la homologación según la norma europea, con un índice de protección alto y con la promesa de proteger frente a la luz visible y la radiación ultravioleta (UVA y UVB)».

¿Dónde encontrar parte de esta información?
Parte de ella en una de las patillas.
Si las gafas son auténticas y están homologadas, deberán tener impreso un código de números y letras, que indican el fabricante y, lo más importante, la protección que aporta (como ocurre con los fotoprotectores) y un bonito sello con las letras CE.
Como las falsificaciones son cada día más perfectas fíjate bien que el logo indica que han pasado los estándares oftalmológicos europeos, la famosa CE.
En unas falsas, las letras están prácticamente pegadas y son más finas y alargadas.
El estándar europeo establece 5 niveles de protección que van de menor a mayor, de 0 a 4, según su transmitancia (el porcentaje de rayos UV que atraviesan la lente), número que también figura en la patilla.

¿Qué protección necesito? «Lo ideal, para un uso medio, está en 2 o 3, incluyendo la conducción; la categoría 4 está adaptada a usos extremos, como deportes acuáticos o de invierno y actividades profesionales «.
Conducir con unas gafas demasiado opacas puede resultar peligroso ya que impide la correcta visión de las señales de tráfico.

Otro aspecto es el color de los cristales.
Los especialistas señalan que en lo que más influye es en la segregación de la melotonina, una hormona que regula muchas funciones corporales, como el sueño, el impulso sexual o el estado de ánimo, y que interactúa con la cantidad de luz al día que recibe un ojo.
El verde y el negro afectan menos a esta función; el amarillo y el marrón son más influyentes.
De cualquier modo, ante la duda de qué cristal y color escoger, nada mejor que preguntar al que sabe: el optometrista o oftalmólogo.

Si lo que buscas, además de protección ocular, es amortiguar la aparición de patas de gallo y arruguitas del entrecejo, lo suyo es adquirir unas gafas con una montura de patilla ancha y que cubra hasta las cejas.
En cuanto a los materiales, «deben ser ligeros; para pieles sensibles, de materiales hipo alergénicos».
Además, es importante que el puente nasal de la montura sea bajo para evitar que se deslicen hacia la punta de la nariz y miren por encima.
También existen monturas con patillas flexibles o ajustables para evitar la presion sobre la nariz o el pabellón auricular».
De ahí que al adquirir unas lentes de sol nuevas, te las pruebes y no solo decidas por su aspecto, sino por lo cómodas que resulten.

¿Y qué hacemos con los más pequeños?
En primer lugar, huir de comprarles este accesorio en un puesto de feria o la tienda de los chinos de rigor, en el que abundan sets completos en atractivos colores acompañados de otras bagatelas…
Un arma letal para sus delicados ojos. «Antes de plantearse la compra de gafas de sol a un niño, debe acudir a un oftalmólogo pediátrico para pasar un examen visual», ya que hay patologías como el estravismo divergente o el glaucoma infantil en las que uno de los primeros síntomas que manifiestan los niños es la fotofobia y sensibilidad extrema a la luz, que puede verse enmascarado con la utilización de gafas de sol sin un examen visual previo, aunque estas tengan las garantías necesarias».
Además, no expongáis a los menores de un año directamente al sol; en los más mayores, es muy recomendable el uso de gafas de sol cuando realicen actividades veraniegas al aire libre, incluyendo las deportivas y sobre todo las náuticas.
¿Lo fundamental? «Concienciar a padres, abuelos, tíos… sobre la cultura solar con respecto a los ojos, para que no cedan ante la tentación de regalar gafas de juguete.

Pues hasta aquí el post de hoy!! Espero que os sirvan estos pequeños consejos y no tengáis dudas a la hora de elegir unas gafas de sol!! Un besito!! Por cierto, os dejo un enlace de las mias,Encuéntralas aquí!!

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